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Gz Interview Morbo y Mambo

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Hay algo mágico en la “inmigración en grupo”. Cuando un conjunto de personas abandona su lugar natal para perseguir anhelos en otro, una nueva y pequeñísima nación nace. Todo comienza a regirse por fuertes códigos, pero que no necesariamente deben lidiar con la arbitrariedad, simplemente, se genera una relación especial, una suerte de simbiosis, entre los que forman parte de esta nueva familia. El caso de los Morbo y Mambo se relaciona con esta teoría: oriundos de Mar Del Plata, llegaron en banda a Buenos Aires, se agrandó la familia, se diseminó, se volvió a unir. Apareció un sentido de pertenencia que llevó a esos fuertes códigos y relaciones profundas que hoy, con la salida de su segundo disco Boa, más que nunca se sienten en su música. Ya es difícil hablar de dub, afrobeat, stoner, psicodelia o lo que sea. Afortunadamente, ya es hora de hablar de la marca sonora Morbo y Mambo.

Texto: Adrián Mazzeo

Me citaron para una nota en La Fábrica, ese espacio multiartístico donde conviven bandas de rock (y todos sus etcs.) y artistas plásticos, escénicos, ensambles instrumentales. Un ambiente de libertad establecida pero de libertad buscada también, dinámico y cálido. Una suerte de la casa Tacheles de Berlín en el corazón de San Telmo.

¿Cómo se llegó al sonido de Morbo y Mambo? ¿Hubo una planificación o fue producto de la improvisación?

Fermín (trompeta): Nos gestamos hace unos diez años a base de zapadas. Ahí cada uno fue sacando su música de adentro, grabábamos los temas con un grabador de mano. Buscamos ese consenso que une a nuestras cabezas musicales, por eso son tantos los estilos y las influencias mezcladas, no estamos de acuerdo en todo lo que allí aparece, pero sí en lo que suena. Y eso se va modificando todo el tiempo: aparecen nuevas bandas para escuchar, nuevos tipo de audio. Cuando alguien cae con una idea que nos parte la cabeza, queda. Y eso lo sentimos todos, no se discute. Tenemos muchísimos temas sin editar de todos modos.

¿Qué expresa Boa del espíritu de la banda?

Nacho (guitarra): Todos los discos cristalizan un momento determinado de la banda, a nivel musical, psicológico y humano. Y este disco tiene bastantes pasajes más bien oscuros, tiene reminiscencias al primer disco, aunque filtradas por nuevas influencias y sobre todo fue un disco en el que pudimos sentarnos en estudio y experimentar muchísimo. Transformamos varias canciones respecto a las versiones que veníamos ensayando.

4 Morbo y Mambo - Circo Voador Rio 2012 2

¿Cuánto llevó ese proceso de transformación de las canciones?

F: Por ejemplo “Cara de Combi” es un tema que yo había “cantado” en un gira en Brasil hace más de 2 años y medio. En esta idea nos ayudó mucho Hernán Calvo, el ingeniero de grabación, que nos ayudó a darle un cierre y resaltar esa energía que tenemos en vivo, en el disco, como hacer que garpe del mismo modo. El desafío fue ser lo más precisos posible en los golpes para dar el mayor impacto en los beats.

También hay otros temas que surgieron en el estudio, desde zapadas. Por ejemplo “Taguzaz” y “Junior” surgieron en estudio. Nos sentamos varios días a decidir qué debía quedar, qué no, cómo flashar el sonido de la bata agregando sintes a los sonidos aéreos de la batería… hay muchos procesos: pre-producción, composición, improvisación y post-producción.

Y cuando están en esa búsqueda salvaje, ¿tienen en cuenta que todo lo que hagan luego debe sonar en vivo?

N: Ese pasaje del estudio al vivo (y viceversa) es muy interesante. Son dos instancias muy distintas, siempre terminamos basándonos en las versiones de estudio, pero cambiando parámetros en vivo, no suelen terminar sonando muy parecidas ambas versiones de un tema.

F: También decíamos “¿qué hacemos? ¿Grabamos algo que podamos tocar en vivo o grabamos y después vemos que onda?”. Y nos decidimos por flashar y que la música nos lleve, sin pensar como serán las versiones después. En vivo usamos muchos samplers para cubrir algunos sonidos que son netamente de estudio. Nos dan mucho clima y actitud sonora. De todos modos siempre estamos abiertos a que nuestros temas sigan evolucionando en vivo, como pasa ahora con los temas del primer disco.

N: Boa a diferencia del primero no es un disco “naturalista”, que fue lo que más pegó quizá del debut.

De todos modos, a pesar de los sintes y los sonidos más electrónicos, a mí me suena bien orgánico Boa.

N: Sí, grabamos en Estudios Ion el trío de base en vivo y eso hace que se escuche bien orgánico.

F: En el primero la búsqueda fue esa: entrarle al dub, al funk, al afrobeat, al rock psicodélico de lleno y en este los temas son muchos más abiertos.

Empiezan a tener otro sello sonoro ¿no?

F: Sí. En el primero la banda tuvo que bajar una historia musical larga, desde el mismo comienzo, acá el punto de partida es muy distinto, fue en plan “preparemos la música para el disco”.

Hace poco fui a ver el reggae fest de Vorterix y hubo algo que me llamó mucho la atención: cuando terminaron de tocar las bandas en castellano se fue todo el mundo y a los legendarios Steel Pulse los vio muy poca gente. Si bien no son una banda de puro afrobeat, son unos de los pocos cercanos al género acá en Argentina, entonces pregunto ¿cómo hacemos para qué, si un día viene Tony Allen, no se vaya todo el mundo luego de que toquen ustedes o alguna otra banda local de afrobeat?

N: Por ahí en el reggae acá hay más fundamentalismo. En los últimos años el reggae nacional cantado la rompió y yo lo que veo en nuestro público es que es muy heterogéneo, también comparándolo con el público de bandas como Val Veneto. Incluso con este disco habrá seguramente una apertura con público que viene más del palo más moderno, electrónica, etc.

F: En el reggae hay un tipo de público que es el del “rock vieja”. Baja gente que es fana de La 25, pero no le gustan los Stones. Con el afrobeat no pasa eso porque es una música más rara, exótica y en nuestro caso sin letras. Por ahí Steel Pulse no lo conocen, no les cabe, no les cazan las letras y se van… es muy loco de todos modos.

¿Algún grupo que les guste del afrobeat actual?

N: Si bien no tenemos una relación tan estrecha con el afrobeat, yo escuché mucho el disco nuevo de Tony Allen, producido por Damon Albarn. Val Veneto me encanta, cada vez hacen mejores temas, le dan una buena vuelta al afrobeat. Y después sigo escuchando a full toda la discografía de Fela, los discos de los 60s y 70s.

F: Antibalas nos gustan mucho también. Y nos encanta escuchar a Tony Allen tocando en The Good, The Bad And The Queen. Creo que nosotros vamos más a ese concepto, esa recreación de una forma de recrear un ritmo y una forma de tocar la batería en este caso, pero aplicándola a otra sonoridad.

4 Morbo y Mambo - Niceto 2012 1

En el sonido de Boa se pueden adivinar muchas influencias “encubiertas” ¿Cuáles serían las más influencias más inesperadas de Morbo y Mambo?

F: Algo que siempre no flashó mucho a todos son los discos de fines de los 60s y principios de los 70s de Miles Davis. Esa mezcla buscada de rock, funk, jazz y psicodelia. Mucha amplitud, oscuridad, un sonido muy particular. Tenemos influencias que representan un sonido.

N: Cada uno tiene las suyas, pero por ejemplo quizá no te darías cuenta escuchando el primer disco que somos grandes consumidores de electrónica: Four Tet, Aphex Twin, etc. En Boa eso se nota un poco más, con los cuelgues que tenemos.

F: Todo eso se mezcla también con Led Zeppelin, Hendrix, flashamos con Michael Jackson y también está ahí dentro. Mucho dub, rock de los 70s, 80s y el stoner de los 90s con Kyuss y Queens Of The Stone Age nos voló la cabeza. Morphine… no sé bandas que a mí me flasharon, pero cada uno tiene las suyas.

En su Bandcamp se habla de que Morbo y Mambo no es dub, no es stoner, no es funk, no es afrobeat, es todo eso junto. Al ser todos estos géneros que surgieron afuera, me interesa saber qué creen que les dio el hecho de ser de acá.

N: Morbo y Mambo es una banda instrumental y no tiene lengua hablada, al menos por ahora, y eso implica algo a nivel pertenencia que es muy amplio. Las bandas instrumentales tienen una cuestión universal que es muy interesante. Muchas veces no sabés bien de dónde es el músico…

Claro, de hecho a mí algunas cosas de Boa me hicieron acordar a Jaga Jazzist, una banda de Noruega.

N: Tal cual.

F: También esas limitaciones son cada vez menos marcadas. Los límites son cada vez menos definidos entre una banda de Noruega, Argentina, África, etc. Las culturas de los lugares van desapareciendo con las nuevas generaciones, progresivamente. Argentina es también una conjunción de inmigrantes de un montón de lugares y yo creo que “por debajo”, tenemos nuestras influencias netamente locales. Por ejemplo “Gorila” es un tema nuestro que es una suerte de carnavalito funky. Hay otros que tienen una data folklórica… a mí me encanta el folklore de acá: Atahualpa, La Negra Sosa, el Dúo Salteño. A Maxi le gusta mucho el tango. El otro día un alumno me hacía referencia a que en “Cara de Combi” hay algo medio bagualero, aunque el batero y el bajo estén haciendo funk y las violas y sintes delirando en la electrónica. Definitivamente todo está ahí. Y buscar la identidad es siempre una meta, sería genial que se escuche a Morbo y Mambo y se diga que es bien de acá. Pero ya desde los 70s la gran llegada de la cultura de afuera influyó y como decía Nacho, la voz y la jerga argentina te convertían en un elemento local. Sin la voz, el audio puede ser de cualquier lado.

N: En el rock nacional pasa que hay momentos de anglofilia, con The Cure, The Smiths en los 80s, eso conviviendo con Malvinas, con Sumo, que es una de mis bandas top 3 de acá. Y es muy loco que sean tan importantes y ahí esté metido un italiano que se crió en Londres y cayó acá de rebote, simboliza mucho.

F: Incluso a Luca no le convencía lo del rock en español. Sin embargo el chabón fue haciendo el proceso y llegó donde llegó. La identidad de la banda es eso: una gran conjunción de historias.

Si tuviesen la chance de tener cantantes en la banda ¿a quien les gustaría convocar?

F: En un Niceto que hicimos tuvimos bastantes cantantes invitados. Nekro de Boom Boom Kid, colaboramos con Miss Bolivia, con Pietro y Mariano y cuando viajamos a Brasil compartimos escenario con el hip hopero hardcore B Negao. Dentro de nuestro material siempre tenemos algunas canciones también. A veces apelamos a samplers para meter voces en vivo. Nos gusta mucho la música cantada, claro.

De afuera nos encantaría colaborar con Horace Andy nos vuela la cabeza, con Damon Albarn estallaríamos. Con chicas, la de Little Dragon, St Vincent, a mí Bjork me fascina. Nos gusta mucho lo que hace Massive Attack, eso de invitar muchos cantantes, si lográramos llegar a un nivel donde pudiésemos invitar a este tipo de gente, flasharíamos, y sí, es un proyecto que en algún momento nos gustaría hacer.

 

 

 

 

 

 

 

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