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Skateboarding
Skate Tour Brasil
Horacio Manguer Cardama cuenta como fue una nueva experiencia skater en Brasil.
¿Qué es Brasil en materia skateboarding? ¿Cómo es el nivel de ellos?
Brasil es una potencia a nivel industria de skate, tablas, indumentaria calzado, y también a nivel deportivo son número uno. Hay más de 1.000 pistas en todo el país. Tienen mucha historia en lo que es skateboarding y también apoyo del gobierno y la industria hacia la actividad.
¿Es tu vez número en el país….? Diferencias con otras experiencias en Brasil.
Es la segunda vez que voy a Brasil, la primera vez fuimos un grupo muy grande de skaters profesionales de Sudamérica: Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay, todos invitados por la marca de calzado Qix Brasil a competir en un torneo en la pista que tiene la marca en la ciudad de Novo Hamburgo, la diferencia entre una experiencia y la otra es que en esa primera vez estuvimos muy atados a los horarios y el itinerario del evento; en esta oportunidad fue un poco más relajado, éramos menos dentro del grupo que viajó y además decidimos quedarnos unos días más de lo previsto e ir hasta Florianópolis a seguir recorriendo pistas y disfrutar un poco de la playa.
En las fotos de Sege son bastante llamativas las diferencias de edad: Pibes y jovatos que la desarman en rampas y bowls gigantescos.
La diferencia de edad es porqué el evento al cual fuimos se Llama “OLD IS COOL” es una serie de competencias de la modalidad Bowl. Las categorías arrancan en Master que es de 30 a 34 años, Grand Master que es de 35 a 39 años, Senior de 40 a 44 años y Legend que es de 45 años en adelante, así que muchos de los integrantes de la troupe eran skaters de estas edades que viajaron a competir, los más jóvenes fuimos a conocer pistas, a ver el evento y traer material para nuestros sponsors.
¿Cómo surge la idea de ir todos juntos para allá? ¿Durante cuánto tiempo lo planearon y qué dificultades encontraron?
La verdad es que no lo planee mucho, me invitaron los chicos que iban a participar y como saben que a mí me gusta andar en rampas grandes encaramos. Particularmente tuve problemas en el viaje de ida, al llegar a la frontera el conductor del auto donde viajaba había olvidado la cédula y los papeles de el vehículo, así que él tuvo que volver a Buenos Aires y nosotros decidimos seguir como sea. Tuvimos que tomar un colectivo de Concordia a Paso de los Libres, de ahí un taxi para cruzar la frontera con Brasil a la ciudad de Uruguayana, donde nos paró la Gendarmería brasilera debajo de un puente, era de noche, nos dieron vuelta los bolsos, nos decían “¿por qué cruzan la frontera en taxi?” Tuvimos que explicarle toda la situación en la cual estábamos, una vez en Uruguayana sacamos pasaje en micro hasta Porto Alegre, perdimos casi un día en toda esta movida,
Otra cosa que nos complicó un poco fueron las tormentas, fuertísimas que aparecían día por medio, y una particularmente pesada en el viaje de vuelta, 400KM de lluvia torrencial manejando de noche. Más allá de estas dificultades el viaje fue genial.
¿Cómo fue la convivencia entre argentinos y brasileros? ¿Qué cosas aprendiste de esa convivencia?
La verdad es que estuve más con mis amigos de Quilmes andando y disfrutando de los lugares a los cuales fuimos a andar, con los brasileros hubo buena onda y respeto, ellos son distintos a nosotros en algunos aspectos, es como que los más viejos son respetados como si fueran senseis de karate, cosa que acá no es así, acá es más relajado y se comparte a la par. Tuvimos rollo con un viejo de la categoría Legend al que le decían Ceciña; un día se calentó conmigo porque agarré la tabla que él usaba , una Hosoi Hamer Head, y sin querer manché la lija con yerba del mate, y otra vez se enojó con Rorro porque se quedaban jugando al pool hasta tarde, y él como todo abuelo se iba a dormir temprano, es bueno que haya estado porque ese personaje fue motivo de enorme cantidad de chises internos.