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Entrevista con el cineasta de skate Mark Nickels
A pesar de ser estadounidense, Berlín se convirtió en el hogar de Nickels. Conocía ya la ciudad como la palma de su mano y hablaba alemán. Además su pasión por el skate era contagiosa.
Ahora, 10 años más tarde, Nickels apenas ha cambiado. Sigue siendo el tipo al que recurrir cuando hay proyectos de Nike, adidas y muchas otras compañías. Su pasión por filmar movimientos de skate no ha disminuido un ápice.
¿Cuándo te fuiste a vivir a Berlín?
Dejé EE.UU a finales de 2005 después de que mi padre falleciera debido a un cáncer de pulmón. Tras algo así necesitaba un cambio en mi vida. Vine a Berlín como la primera parada en unas vacaciones. Quería pensar en Europa qué hacer con mi vida. Después de unas semanas me enamoré de la ciudad.
El skate ya no era mi mayor interés pero lo seguía practicando todo lo que podía. Cuando llegaba la primavera empezaba a hacer skate y conocí así a gente. Supe que no había nadie que filmase el deporte por lo que decidí quedarme allí. Además Lennie Burmeister (uno de mis skater alemanes favoritos) vivía aquí y siempre había querido hacer un proyecto con él.
Tenía también pasaporte británico por lo que la estancia no era ningún problema. 12 años más tarde aquella fue la mejor decisión que he tomado en mi vida, la de quedarme en Berlín.
¿Crees que en Europa se están generando más ideas en este momento?
Hay gente creativa en todos lados pero creo que los europeos tienen más posibilidades que un estadounidense a la hora de practicar su arte.
Fuiste una de las primeras personas en el mundo del skate que te declaraste gay. ¿Cómo ha sido esta experiencia de ser un pionero?
Para mucha gente creo que fui el primer skater gay que conocieron aunque ya estaban antes Tim Von Werne y Jarret Berry. Yo simplemente era un tipo que hacía vídeos de skate pero no me escondía. Aún hoy no entiendo qué tiene que ver mi sexualidad con mi capacidad en el trabajo. Hice todo por ser aceptado. Era joven y quería demostrarle a la gente que se equivocaban. No quería dejar a nadie con una impresión negativa pues me sentía que era el representante de la comunidad gay. No deseaba convertirme en un estereotipo negativo.
¿Salir del armario tuvo algún efecto en tu carrera?
El mundo del skate no era tan tolerante como lo es ahora. Así que cuando lo hice en 1999 tuvo un efecto negativo en mi vida y en mi carrera.
Hubo hace tiempo un artículo de Patrick O’Dell que hablaba de un skater que abandonó un tour después de una pelea durante una cena del equipo. Fui yo. Fue una de mis peores noches pero supuso un antes y un después en mi vida. A partir de ahí me di cuenta de que no era un bicho raro como pensaba hasta entonces. Después de aquello volví a DC cuando supe que mi padre tenía cáncer. Quizá las cosas ocurren por una razón, ¿quién sabe? Me di cuenta de que yo era el responsable de mi felicidad, nadie más. Hizo falta que mi padre enfermase para que yo estuviese orgulloso de ser quien era.
Ahora soy más feliz. Sigo amando el skate y vivo en una de las ciudades más abiertas del mundo donde puedo practicar mi verdad. En el pasado mucha gente ha intentado usar mi sexualidad para mancharme pero yo la llevo con honor. No hay nada malo con la manera en la que Dios me ha creado. Estoy cómodo con quien soy y si te hago sentir incómodo, eso es cosa tuya.
Después de que Brian Anderson también lo haya hecho público parece que se han roto las barreras contra la homosexualidad en el skate. ¿Tienes algún consejo para los chavales que quieran salir del armario?
Ser un skater gay al comienzo del nacimiento de internet fue algo confuso para mí. No había oído nunca hablar de alguien como yo, me sentía como un unicornio. Cuando era muy joven no tenía contacto con la comunidad LGBT. En la TV sólo veía estereotipos negativos. Sí, tuve momentos negativos en los que me cuestionaba a mí mismo. Por fortuna mi familia siempre me ha apoyado y lo mismo ha sucedido con mis amigos. Además el skate me enseñó a no rendirme nunca.
RuPaul lo dijo mejor que nadie: “Si no te puedes amar a ti mismo, ¿cómo vas a amar a otra persona?”. Nunca se han dicho palabras más auténticas.