INDUSTRIAS DOC – «No te rindas a la realidad mierdosa que te venden!»

Las Industrias Doc son una coincidencia en el tiempo, algo con lo que me tropecé. Durante un montón de años mi actividad artística estuvo vinculada a colectivos políticos/sociales; por lo que la autoría quedaba en un anonimato y bajo el nombre del colectivo o ni eso. Cuando esta vinculación desaparece, la inquietud continuaba, a la vez que aparecen los blogs y redes sociales. Intenté mantenerme en el anonimato pero cada vez era mas difícil y a un punto ya era imposible. Pues así nace.

¿Y por qué? Bueno porque yo nací en una ciudad pequeña, casi un pueblo y se lo que es que intentan joderte por ser diferente, pero también sé que es tener algo en la mano que te da la fuerza suficiente como para decirle a todos, podéis dar misa, pero yo tengo esto! esto existe! de eso trata las Industrias Doc. De mandar fuerza para que no te hagan cambiar de idea, para que no te rindas a la realidad mierdosa que te venden.

Portadas de heavy metal. Yo he dibujado desde pequeño, pero igual que explicaba antes, por una cuestión histórica que los de mi generación hemos vivido, todos los fenómenos culturales de este país anterior a eso no había nada. Empezamos con la apertura del país, entonces cuando el heavy metal llegó nos sumergimos a muerte con eso aunque ya habíamos bailado un poco de breakdance, mi primo «javielheavy» ya iba a clases de dibujo y entonces me apunte con él. Pintaba que flipas y por una extraña razón, larga de explicar, se podía pintar en la paré de su cuarto, entonces hicimos la portada de King Diamond Abigail y quedó cojonuda porque la desarrollamos y la hicimos aún más grande con castillos y todo.

Después del metal llegó el skateboarding. Vendí mis discos de heavy y empezaron a llegar cintas de punk, y con ese cocktail en la cabeza ya valía todo. Luego el patín muere mundialmente o queda en coma. En esos años voy a la universidad, escapo del ejército, me mudo a Barcelona donde combino universidad, viajes, arte y política punk, me pego 17 años de subsuelo, metido en colectivos organizando miles de cosas, festis de música experimental, festivales de autoedición gráfica y sonora, jornadas por la liberación animal, comedores veganos, edición de libros y discos, radio en la emisora pirata radio bronca con «fuck the bastards», cortos, documentales etc etc etc y el patín siempre estaba. Con más o menos intensidad pero siempre estuvo y está hasta el día de hoy.

Lo que más me gusta es cuando estoy inmerso y está fluyendo y si me despego un poco, pero solo un poco, me puedo sentir vivo. Que no me duele nada, que nada me incomoda y me lo estoy gozando. Por eso dibujo mucho por la noche. Para que esa sensación se amplifique sin ruidos, sin gente, volando a tope libre. A mi bola a saco.

A decir verdad yo soy más un ilustrador que patina. Aunque claro que también cabe la posibilidad de no diferenciar las categorías y decir que el skate es un arte, que es poesía o grindcore según te pille. Pero para contestarte tal y como me lo planteas, hoy día la meta más deseada como skater quizá sería no lesionarme. Tengo 45 años y las caídas son muy jodidas. Poder ir a patinar por las mañanas con colegas, tomar el sol, comer en la Marbella skatepark donde soy local y bañarme en el mar que está al lado eso ya es una triunfada máxima.

Y como artista, seguir sorprendiéndome. Es fácil, cuando ves tablas con tus diseños, ropa o portadas de discos, cuando te llaman para pintar en Copenhague o en Roma o exponer en Turquía o hacer el cartel de la feria del libro de Viena o del festival de punk mas destroy de Escandinavia o salir en las revistas que te molaban de pequeño o ver que hay unos chavales que hasta se quieren tatuar tus dibujos… eso es la oxtia! No necesito más. Yo me iré y mis cosas seguirán dando caña, ya sucede.