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BMX
«Share a bike, share a smile» , compartir lo que nos salva, sana.
Hola Gabriel, como estas? Donde te encuentra esta entrevista y que estuviste haciendo estos días?
En este momento estoy en casa, (Bremen, Alemania) estoy tomándome un jugo de naranja disfrutando el final del primer día que me he tomado para descansar en las últimas semanas, últimamente he estado a full.
Me mude a un Wohngemainschaft (casa compartida) donde me dieron la posibilidad de construir una oficina/taller donde seguir desarrollando Share a bike-Share a Smile.
Te explico, el lugar es un pequeño bunker de la segunda guerra mundial, durante los 80’s lo reformaron y se construyó un departamento en el techo. Las zonas del bunker se reutilizaron para promover proyectos culturales y en el departamento compartido siempre han vivido 5 personas que tienen que estar involucradas en proyectos culturales o sociales.
Durante mucho tiempo tuvieron una zona sin utilizar y querían invitar a nuevos participantes al proyecto (Kultur im Bunker e.V.), pero por una cuestión u otra las personas que se presentaron no les daban buena vibra y la zona quedo como almacén durante años.
Un día un amigo en común les comento de mi proyecto y dado que buscaban a un nuevo compañero, me invitaron no solo a utilizar el espacio, sino a vivir con ellos. Finalmente me mude hace dos semanas y empece a construir la oficina (casi lista).
Ademas de eso, he estado gestionando la finalización de un proyecto que tuvimos el fin de semana pasado en Colombia, el envió de piezas y organización de una jam en Costa Rica, iniciando gestiones para un posible proyecto en Kenya y alguna que otra cosita que todavía no puedo contar pero espero que pronto se lleve a cabo!
Antes que vayamos de lleno con este proyecto hermoso que llevas adelante, cuéntanos que significa la bici para vos?
La bicicleta es mi vida, creo eso lo resume todo. Un amigo me dijo una vez; «Gabo te veo y siento que vos vivís y respiras BMX.»
Una de los primeros recuerdos es mi primera bicicleta, eso se quedo marcado y desde ese día siempre intente andar en bici.
Empecé tratando de armar rampas en el patio de mi casa pero eso era un tema de pelea con mi padre, después encontré unos dirtjumps en un parque cerca de mi casa, pero lo riders del lugar se burlaban de mi y nunca pude ser parte de esa comunidad.
Por una cosa un por otra parecía que la vida no quería dejarme andar en BMX.
Hasta que a los 13 años (ya viviendo en España) una serie de eventos me volvió a juntar con la bici.
Me encontré un skate en la basura y empecé a andar en skate, (no me quedaba otra me decía yo), después de unos 6 meses mi hermana mayor empezó a salir con un chico que andaba en BMX. (Daian, a día de hoy amigo de la familia.)
El me motivo para que no me rindiera y si de verdad quería andar en bici encontrara un camino y así empece a barrer veredas y ha hacer cualquier tipo de trabajito hasta que junte suficiente para comprarme una bici.
Así comencé a andar en bici y a pesar de no tener ningún tipo de apoyo (mi padre llego al extremo de esconderme la bicicleta en la fabrica donde trabajaba para no dejarme andar en bici), yo siempre encontré una forma de poder andar en bici. Me colaba en los trenes para poder ir a un skatepark, cocinaba y le vendía comida a mis amigos, lo que hiciera falta.
La bicicleta no sólo me ayudaba a vivir el momento presente y ser feliz, sino que la comunidad del bmx me dio la oportunidad de sentirme querido y tener contención emocional.
Mi familia por ese entonces no andaba para nada bien, mis padres se odiaban, y a pesar de de tener 5 hermanos no podía conectar con ellos, unos eran muy chicos y las otras dos eran también pequeñas adolescentes tratando de descubrirse a sí mismas y lidiando con su propio sufrimiento. Por ello me sentía muy solo y el BMX fue la cura para la soledad y la falta de comprensión con la que convivía.
A los 6 meses de empezar mis padres se divorciaron, mi madre se volvió a Argentina y pocos meses después me fui yo.
En el camino me pelee con un guardia de seguridad del aeropuerto y media aerolínea y retrase un vuelo casi 45 minutos porque no me dejaban llevar la bicicleta, Cosa que yo no permitiría bajo ninguna circunstancia!
Me pedían que dejar cosas y envolver el resto en plástico, pero yo no podía pagarlo. En ese momento se dio probablemente el único gesto de ayuda de mi padre hacia mi amor por la bicicleta, pagando por el empaquetado de la maleta que tenia mi bicicleta.
Antes de viajar (con 14 años) empecé a juntar piezas de mis amigos y las lleve para regalar en Mendoza, sin saberlo Share a Bike-Share a Smile ya existia.
Al llegar a Mendoza se repitió el patrón, riders que no terminaban de aceptarme por una cosa u otra y soledad, pero la bici siempre estuvo conmigo. Empece a conocer a algunos riders con los que forme una buena amistad, Javi, Coco, Fede, Nico o Leo entre otros (Leo se convertiría en uno de mis mejores amigos y anios después tendría un rol importante en la creación de Share a Bike-Share a Smile (como lo conocemos ahora).
En Argentina las cosas eran mucho mejor, a pesar de no poder ayudarme económicamente mi madre me apoyaba y entendía el amor que yo tenia por la bicicleta, pero poco a poco empece a juntarme con personas que tenían vínculos con drogas, algunos con ámbitos delictivos, empece a beber alcohol y a distanciarme de la bici, en algún momento volvió la soledad y el dolor.
Bajo estas circunstancias me pregunte porque la bicicleta no estaba tan presente como antes en mi día a día, y lo único que pude ver fue que en lugar de canalizar mi dolor con el deporte, lo estaba empezando a hacer con estupefacientes. Nunca consumí regularmente y por suerte la bici (o la falta de ella) me hizo ver rápido lo que sucedía y por ende me dio la oportunidad de cortarlo muy rápidamente.
Desde un punto de vista psicológico, el consumo y abuso de cualquier tipo de sustancias no es mas que la necesidad de escapar de uno mismo y de sus problemas por un rato, de estar en un lugar cálido donde uno puede adormecer el dolor de la vida, pero tiene un coste a nivel de salud muy grande. No obstante, se puede obtener el mismo resultado con otras actividades como la meditación, que ademas tiene muchos otros beneficios a nivel de salud.
La meditación resumiendo mucho, es vivir el momento presente, sentir cada segundo y eso es precisamente lo que ofrece el BMX como de muchos otros deportes extremos. Se necesita tal nivel de concentración que se entra en un pequeño trance, en una pequeña meditación, es situación difícil de describir si uno no la ha vivido pero cualquier persona que ha practicado deportes extremos sabe de lo que hablo.
Acercarse a una rampa a toda velocidad, sentir los dedos agarrando los puños, la rueda presionando la rampa y acto seguido estas en el aire, todos tus sentidos encendidos en ese único momento de vida, te sube la adrenalina y poco después de aterrizar los niveles de dopamina se disparan.
Lo que yo siento es alivio y paz. Evidentemente, eso no elimina los problemas de tu vida, pero si te ayuda a lidiar con ellos de otra manera, con mas serenidad.
Así fue como con una bicicleta y algo de curiosidad por la psicología salí de ese ambiente, cosa que varios amigos de mi barrio no consiguieron.
A veces uno quiere ayudar pero no sabe desde donde o cómo. Fue esta conexión con la bici la que hizo más fácil el hecho de saber cómo ayudar a todas estas personas con tu proyecto?
En el fondo creo que muchas personas quieren ayudar a su manera. El problema es que las vidas que hemos llevado, las piedras que llevamos en la mochila no son las mismas y muchas veces la ayuda que podemos ofrecer no ayuda a esa otra persona.
Siempre quise ayudar e intentado hacerlo de muchas formas. Durante años he echo proyectos sociales, como proyectos de ayuda a desahuciados en España (PAH) o proyectos de ayuda a migrantes. Siempre intente ayudar y compartir el conocimiento.
En un momento me di cuenta del poder del BMX para unir a la gente, es un deporte minoritario y por ello une a personas de estratos sociales, raciales, y religiosos diferentes, todos son bienvenidos.
Empece a usar el BMX en proyectos con refugiados con problemas para desarrollar nuevas amistades después de tener que huir de sus países. El BMX les abrió la puerta a personas con dificultades para relacionarse (muchas veces las dificultades son factores sociales externos a ellos) a un mundo de nuevas amistades.
Desde ese momento empece a ayudar y regalar piezas mas a menudo. Entendí que no puedo ayudar a todos, porque no entiendo su sufrimiento, pero si puedo ayudar a esas personas que tienen el mismo amor por la bicicleta y eso he intentado hacer desde entonces.
Como nació y en que consiste Share a bike/ share a smile?
Creo que de una manera u otra, Share a Bike-Share a Smile estuvo siempre conmigo, siempre tuve esas ganas de ayudar. En los últimos 6 o 7 años estuve realizando el proyecto de forma mas constante, regalando piezas he incluso bicicletas enteras.
El momento mas relevante que provoco el desarrollo de Share a Bike-Share a Smile tal que conocen hoy, fue volver a hablar con un amigo de mi adolescencia en Mendoza, Emiliano.
El me contó sobre su batalla con las drogas, como se apoderaron de su vida y como después de mucha lucha consiguió dejarlas, también me contó que a pesar de sentirse físicamente y mentalmente bien, se sentía vacío. Algo que no podía entender.
Le recomendé que volviera a andar en bici y después de varias charlas me hizo entender que con la inflación de Argentina el no podría comprarse nunca una bicicleta.
Le dije que no se preocupe, que yo encontraría una manera de regalarle una, así que empece a hacer historias en mi instagram y poco a poco fui consiguiendo las piezas que mis amigos en Europa me donaban.
Muchos amigos empezaron a mandarme piezas y aunque aún no tenia todas las piezas necesarias para una bici, tenia muchas piezas repetidas así que se me ocurrió mandar mas piezas y ayudar a otros riders.
Decidí contarle la idea a otro gran amigo para que me ayude a encontrar riders que necesiten ayuda. Leo se motivo rápidamente con la idea y empezó a intentar convencerme de crear una cuenta en Instagram para darle visibilidad a el proyecto o por lo menos un hashtag (#), yo le dije que no, que no funcionaría.
Leo no podía aceptar un NO como respuesta, así que durante los siguientes 4 o 5 meses siguió insistiendo hasta que un día le dije que si. Yo seguía sin estar convencido de dejar la idea underground que llevaba a cabo hacia 5 o 6 años, pero quería que dejara de insistir.
Para suerte de muchos riders en países en vías de desarrollo, Leo tenia razón sobre el potencial del proyecto, en sus palabras «Gabo nadie ha hecho esto nunca, o por lo menos no a esta escala, esto es único y no lo podes esconder.»
Quizás en algún otro momento, otra persona podría haberme convencido de lo mismo o quizás la realidad es que varias personas lo intentaron antes y nadie fue tan determinado a convencerme como Leo. Si no fuera por su aporte, muy probablemente el proyecto seguiría en las sombras del BMX underground.
Mas tarde ese año, el primer envío oficial de Share a Bike-Share a Smile, estaba de camino a Mendoza.
(Pueden ver todas las fotos e historias en nuestro Instagram @ shareabikeshareasmile) Leo y Emi recibieron los paquetes, Leo organizó una jam para regalar las piezas que habíamos mandado.
Pocos días después Emi me mando un audio que me sacudió el alma; «Gallego (mi apodo en Argentina por vivir parte de mi vida en España). – Gallego era eso, la bici es lo que me faltaba! No sabría decirte que es exactamente pero me siento como un pibe de nuevo, me devolviste la sonrisa!» –
Únicamente dije que no tenia nada que explicar, que conozco ese sentimiento muy bien y que me encantaría poder darle un abrazo.
Supongo en poco tiempo tuvo una buena respuesta o no? A que lugares ha llegado Share a bike/share a smile?
La respuesta es variada, es como una montaña rusa. A veces subimos muy rápido (muchas interacciones en Instagram y nuevos seguidores) y a veces muy poco.
Me acuerdo que una vez subimos mil seguidores en menos de dos semanas y después menos de cien en tres meses.
Con los riders es similar, algunos nos ayudan compartiendo nuestros post y otros dejaron de seguirnos poco después de recibir alguna pieza que donamos. Es un poco frustrante porque cuesta muchísimo generar visibilidad y me guste o no, hoy en día todo se mueve en Instagram, lamentablemente para que las grandes marcas apoyen y mas en un proyecto tan difícil de realizar como este, hace falta tener muchos seguidores.
A pesar de esa pequeña frustración, estoy muy contento con el proyecto. Hemos llegado a África, mandamos a Camerún, Marruecos y Nigeria (la caja de Nigeria fue devuelta por la aduana y tenemos que hacer de nuevo el envío), a Latino América; Argentina y Colombia, el primero de diciembre ya tenemos todo listo para mandar a Costa Rica y estamos tratando de mandar próximamente a Mozambique y Kenya.
Teniendo en cuenta que «oficialmente» el proyecto solo tiene poco mas de un año de vida, yo diría que es bastante exitoso y tiene pinta de seguir creciendo!
Llevar adelante este proyecto debe parecerse mucho a revivir esta sensación de alivio y conexión que te atrapó a ti desde el principio no?
Desde luego, lo que mas me gusta de este proyecto son las sonrisas que creamos y la conexión que se aparece a través de las redes sociales.
Una persona que ha donado algo y una persona que ha recibido algo se conectan y se crea esa pequeña familia, ese sentimiento de felicidad, de entendimiento, ese guiño de la vida para esos riders que a pesar de las peores circunstancias, siguen buscando cualquier camino para seguir andando en bici.
A mi me hubiera encantado que alguien me diera una mano en muchos momentos de mi vida, en su lugar me toco tener personas que me ponían palos en la rueda. Pero eso nunca paro mi amor, también creo que el único camino para el cambio es ser el cambio, ser la persona que te gustaría ver en el mundo y eso es lo que intento!
Te gustaría sumar algo a esta entrevista?
Me gustaría invitar a todas esas personas que leen esta nota a que sigan nuestro Instagram y compartan nuestro contenido.
A menudo no somos conscientes que el simple hecho de seguir y compartir ayuda muchísimo, quizás no podes donar piezas o dinero pero otras personas que conoces si. Al final es una cadena de buena voluntad, mientras mas gente nos siga y comparta, mas gente nos va a descubrir y mas gente va a colaborar con nosotros.
Háganle un favor a todos esos riders en países en vías de desarrollo, a los que hemos ayudado y a los que vamos a ayudar, sigan y compartan! @ shareabikeshareasmile
No puedo dejar de darle las gracias a Pato (@pato.tm) y a Rea, que me han ayudando muchísimo en los últimos 7 meses y han contribuido tanto así al desarrollo del proyecto, sin lugar a dudas el proyecto no hubiese avanzado tanto sin ellos!
A toda la comunidad bmxera de Bremen y Flengsburg que se sumaron a este loco viaje muy rápido y confiaron en mi. Una vez a Leo, que me convenció a meterme en las redes sociales. A tiendas de bmx que han donado muchas piezas como @360bs_barcelona @happybikeshop y @alliance_bmx y a mi novia Kerrin, ella me ha estado ayudando muchísimo para legalizar el proyecto y crear una ONG. La verdad que su apoyo es impresionante!
Para terminar me gustaría agradecerle a todas las personas detrás de Gravedad Zero por contar nuestra historia! Eso nos ayuda muchísimo!